A pocos metros de la entrada del Cementerio del Santo Cristo del Buen Viaje,
de la ciudad de Camagüey, se encuentra una supuesta sepultura en la que
aparecen inscriptas estas rimas a modo de epitafio, que según historiadores
locales, aparecieron allí en 1833.
EPITAFIO ETERNO
Aquí Dolores Rondón
finalizó su carrera
ven mortal y considera
las grandezas cuáles son:
el orgullo y presunción,
la opulencia y el poder,
todo llega a fenecer
pues solo se inmortaliza
el mal que se economiza
y el bien que se puede hacer.
Dicen que Dolores Rondón era una bella criolla, con gracia y
picardía, muy alegre, que llegó a ser orgullo del barrio donde vivía, algunos
aseguraron que era hija de un catalán, propietario de una tienda mixta, y una
mulata criolla.
Cerca de la casa de Dolores había una barbería que tenía
por dueño a un joven mulato, que además de barbero era un polifacético
buscador de vidas, nombrado Francisco Juan de Molla y Escobar, quien estaba
locamente enamorado de la joven, la que a cambio le prodigó todo tipo de
desplantes, desprecios y repulsas.
La niña Dolores se casó con un oficial español, lo que la
hizo elevar su distinción social, cosa que no duró mucho pues el esposo murió
tempranamente, quedando la joven prácticamente en el anonimato.
Años después alguien la identifica entre las enfermas de El
Carmen, hospital para mujeres existente en la ciudad, y al conocer del grave
estado de la amada, el barbero Francisco se hizo cargo de ella hasta el momento
de su muerte.
De pobre fue el entierro, de pobre es la sepultura, y los
lugareños le achacan las rimas del epitafio al desafortunado galán.
Desde entonces, todo el que llega al lugar donde se dice que
reposan los restos de la Dolores, quedará envuelto por el misterio de la
leyenda y la fragancia del pequeño ramo de flores que acompañan a la cruz y al
epitafio.
Es la historia de un amor
imposible, los desdenes de ella y las cualidades que él estimaba fueron sus
defectos. Esta es la leyenda, inmortalizada en libros y hasta en piezas
teatrales y, por consiguiente, enriquecida. Los historiadores han encontrado la
existencia real de una parda, María Dolores Aguilera, hija natural, por lo que
también aparece como Dolores Rondón. Nació en 1811. Murió de tisis en 1863,
soltera y sin descendencia. Fue enterrada de limosna.
Despues de la
ausencia,es logico pensar que no tenia motivos
de dejar de ir a este lugar,donde para cada
camagueyano,resulta visita obligada.
Recuerdo mi
ninez,cuando mi madre terminaba de hacer alguna faena
casera,siempre decia...Aqui Dolores Rondon,finalizo su carrera,para decir que
no hacia nada mas,jajajajaj.....como parte
de nuestro propio hablar criollo,es que en
realidad,Camaguey es tambien uno de los sitios mas ricos en relacion a leyendas
y argoces populares...que lo disfruten!